Recordarte es sentir, en pleno invierno, un rayo de sol en la espalda en el gesto atónito de un gato mirando por la ventana. Recordarte es sentir, una y otra vez, que el agua escurre entre mis dedos pero tú quedas en mí y esa agua lavó mis manos. Recordarte y contemplar mi alma recordando tus palabras, descubrir en el acto que es posible amar sin hacer daño. Recordarte es saludar al buen amor Y desearle Un buen viaje.
Texto agregado el 11-05-2018, y leído por 69 visitantes. (3 votos)