Enredos nocturnos,
torpes primicias
y levedades absortas:
festival de huracanes
que no sé comprender.

El mástil más ardiente
cae, en estupefacta condecoración
de la asfixia
y la noble
verdad alcanzada,
será derrota de mártires
en lejanos libros de historia
y nubes gordas de olvido,
truenos
y melancolía.

Juana de Arco trae memorias que quisiera borrar
pero mi tinta,
pero la cierta gracia
de la lluvia y el sueño...

remembranzas olvidadas
y futuros ajenos a lo pleno.

Horrores y vainas que mi ser hallará desnudo y despierto;
sabré sonreír,
sabré maldecir las peores gotas de gracia.

Sabré recordarme,
y encontrarme inerte
entre las vanas y entretejidas
glorias
cuando, entre toda
esta inmundicia,
amanezca.