En la ventana, un cielo opaco.
Las horas sin hora del vivir
entre sosiego y entusiasmo.
Un ritmo de música controlada,
lo distante en un solo lugar,
lejana soledad de isla visible.
Memoria callada y encallada
abrazando afanes que navegan
entre la intimidad y el olvido.
Tarde perfecta para besar tu pelo
con inquietos anhelos de manos,
acariciándote como vientos claros
y el cielo opaco estrellándose,
seco de silencios en la ventana.
Texto agregado el 06-05-2018, y leído por 107
visitantes. (10 votos)
Lectores Opinan
08-05-2018
hermoso.. ese final es brillante. Me gustó mucho. Un abrazo, sheisan