¿Dónde te habías extraviado
en estos años?,
la inconsciencia acecha
como un cuervo despiadado la mente.

¿Dónde murió el último sol
que se precipitó en tus ojos?,
hay venas que culminan en un aborto
por la Antártida que emanas,
hay sueños que se acaban
cuando se ha ido la infancia,
siendo todo descartable y absurdo,
¡Tan absurdo
como venir de prepo a este mundo!

¿Cuándo fue que el cándido vino del olvido
impregnó humedad en mis carnes?,
alucinaciones que han embriagado mi alma,
deformando la vida en una fantasía
y el olor de ausencias me despierta ¡de golpe!
cuando en la cuenta caigo...
¡Ay, de mis actos tan humanos!

¿Somos pompas de jabón o nubes blancas?
todo lo que madura repentinamente
cae en el abismo de la conciencia,
todas las palabras son sagradas
y amigo mío, si no sabes del filo que cargan
abrirás y lastimarás
como virtudes precarias.

¡Pero no!,
yo no soy como esas buenas chicas,
mi mente es perversa,
mis acciones son ambiguas,
la torpeza una calamidad externa
y mis palabras
un naufragio en la desmesura de los vivos,
vivos que no valdrán
ni el borrador en el que escribo.

A instancias de dar otra vuelta al sol,
los muertos de mi nombre
guian mis dedos
hasta el umbral de faustos amores,
los días cavan mi cobardía
porque he prescindido de dependencias
y escribo sin remedio,
buscando la inspiración hasta que acabe conmigo
y me devuelva al universo magno y pristino.

¡Oh, tibia razón!
que también acabarás conmigo,
inalterable locura
como la finalidad del destino.