-Qué más da mirarte en un espejo, confiar en una imagen, sentirte tan vivo, qué más da...
Eso pensé esta mañana, que mi respiración se encontraba descontrolada debido a mi enfermedad: "qué más da", seguía diciéndome a mi misma sin poder cambiar de tema, aferrada a que la imagen que observaba en el espejo no era la mía.
Un autorretrato, segura estoy, no proporciona aquella esencia que se cree tener, porque en sí, dudo que alguien la conozca; pero de qué estoy hablando...
Espejos, autorretratos... y?
No sirven más que para reflejar lo que nosotros creemos que es nuestro, y qué nos pertenece si ni si quiera el cuerpo es nuestro, ahora llego a la conclusión... qué somos?
La esencia de la que hablé? El alma?
No señores, nosotros somos trazos, trazos de un pintor; no somos esencia, no somos alma, somos pintura, somos formas; quién es el pintor...
Perdí la razón. |