Entre vos y yo hay algo.
Algo que no se puede definir exactamente con palabras.
Algo tan imposible como real.
Algo tan superficial como profundo.
Algo tan coincidente como complementario
Algo.
Algo que está, que existe y es evidente.
Algo que, al mismo tiempo, no está, no existe ni es para nada evidente.
Se le puede poner mil nombres.
Yo prefiero llamarle magia.
Porque la magia es una ilusión.
Que sólo se nos vuelve realidad si queremos creer en ella.
Para los escépticos, la magia no es más que una habilidad aprendida.
Para otros, es un arte.
Es eso que nos permite volver a sentirnos niños.
Volar.
Liberarnos.
Darnos la esperanza de poder llegar a sonreir asombrados.
Volver a creer.
Aun después de haber decidido que no íbamos a creer más... ni en la magia, ni en nada.
Aun después de haber decidido que la felicidad era algo demasiado riesgoso como para intentarlo.
Pero vos lo sabés.
Tan bien como yo lo sé.
Entre vos y yo hay algo.
Y yo prefiero llamarle magia.
Aunque vos ni siquiera te admitas que algo hay...