No sé de qué me extraño
al verme herida y sóla,
si nunca curaste mis heridas
que tan sólo ofendían a tus dudas...
No sé por qué amanezco
sintiendo sólo tu ausencia
ni por qué la música
ya ha dejado de sonar...
No sé por qué la llama
que iluminó mi vida
me arde como incendio
que arrasa erosionando...
No sé de qué me quejo
si llegué al final de ese camino,
trazado por mí, no pensado,
sólo sentido y apenas vivido...
No sé por qué la calma me abandona,
fotografiando un recuerdo ajeno,
por sentir la alegría absoluta
que hiciste sólo mía sin palabras...
Y la desilusión vaga paseando
por mi habitación sombría y apagada,
deseando que la luz de un nuevo día
rescate a mi alma de la nada...

(16/01/04)