Golpeaba impaciente la mesa con sus dedos. Llevaba casi hora y media esperando en el restaurante.
-¿Por qué tarda tanto? –pensaba. Hoy era su quinto aniversario y él quería celebrarlo con una cita.
* * *
-Sabes que salgo tarde del trabajo, no creo poder ir.
-Haz un esfuerzo. Ya casi no salimos y es nuestro aniversario. Debes prometerme que pase lo que pase estarás ahí.
-De acuerdo, te lo prometo.
* * *
-¡Hola! –Dijo la mujer sentándose- Perdona la tardanza, ¡el tráfico estaba horrible!
-Tranquila, lo importante es que ya estás aquí.
Hablaron, rieron, cenaron, brindaron… en fin, fue una estupenda velada.
-Lo siento, pero debo ir al baño.
-Está bien, aquí te espero.
Pasó una hora pero ella no regresaba. Le preguntó a una mujer que había estado en el baño si había visto a su esposa, pero le respondió que no. Sonó su celular.
-¿Hola?
-Hijo –dijo una mujer entre sollozos-… es terrible… Roxanne sufrió un accidente con su auto… la llevaron al hospital… pero… no pudieron salvarla…
Estaba sin palabras. ¿Qué pasaba? Si hace unas horas habían disfrutado de un hermoso momento. ¿Cómo es posible que ahora le digan que estaba muerta?
-¿A qué hora murió?
-A las 7:15
7:15… la misma hora en la que Roxanne se levantó para ir al baño.