Amada, cuántos años hace
que el gusano del olvido
oxidó los rieles que iban de ti hacia mí;
cuántos años de tus manos atadas a las mías
cuántas lunas
cuántos giros de cintura ha tenido nuestro planeta.
Amada, cuántos alambres pelados
caídos al suelo como mugre inservible
cuántos peldaños rotos
cuántos dolores
cuántas lágrimas.
Hoy el día ya no es el de antes
la noche ya no se monta sobre el día
y el invierno no moja ni un pedazo de mi alma.
Lejos como de ti y de mí
todo se extiendo como en un lecho sin horizontes
como un terreno sin deslindes
como un objeto sin contorno
como una hueca promesa
que un viento juvenil se llevó para siempre.
Todo cerrado
ni una luz en la noche
ni una piedra en el río
mares secos por doquier
niños abandonados en la niebla
madres que no reconocen lo parido
hijos que ignoran sus raíces
árboles sin hojas
bosques sin árboles
rostros sin espejos
hambre
hambre de ti
y de todo lo que huele y sabe a ti.
Texto agregado el 14-04-2018, y leído por 37
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