Cuántos años ya de aquella noche
en que copularon todos los astros
en un frenesí de sexo y sensualidad
envueltos en la sábana oscura de la noche
lamiéndose los genitales azules
escondidos en el motel de un hoyo negro.
Aquélla noche
fría y extensa como lecho de hielo
goteaba el semen de los machos astros
y hervían las vulvas de las hembras celestes.
El Mundo casi se viene abajo
tembló de oriente a occidente
un huracán dejó mudas y ciegas las humanas ciudades
como si el apocalipsis mordiera la nariz de la Tierra.
Noche vasta como desierto sin contornos
ecos astronómicos rebotando de polo a polo
el Cielo entero revuelto como remolino desatado
cabelleras de planetas cayendo como lluvia negra.
Todo confundido:
Marte accediendo carnalmente a Venus
Saturno ebrio sodomizando a Plutón
Mercurio mastubándose en acto voyerista frente a la Luna
el Sol jactándose del fuego de su erecto pene
Neptuno en felatio con Júpiter
nuestro vírgen planeta huyendo del libidinoso Urano.
Noche terrible la de entonces
cuando la sangre transparente del LSD
corrió por mis venas y arterias
y me arrojó a las sábanas de este horrible nosocomio de locos.
Feliz día territorio de todos los días
paredes blancas
ventanas con barrotes
aquí nadie es malo ni superior
solo mezcla y confusión.