En Socotá, desde tiempos muy remotos se ha extraído de las montañas el carbón, el cual es una piedra formada por el carbono y otros elementos. El carbón es de color negro, que procede de la fosilización de restos orgánicos vegetales y que es utilizado como combustible en la industria, en las centrales térmicas y en las labores domésticas. En la mayoría de las casas del pueblo y el campo, las comidas se preparaban utilizando como combustible la leña y el carbón. Siempre veíamos llegar al pueblo los burros cargados con carbón, que sacaban artesanalmente de las minas, sin dañar el medio ambiente.
A comienzos de la década de los 90, el pueblo tuvo un auge tan grande, que las fincas, que en épocas anteriores estaban abandonadas, porque en sus tierras no se producían ni culebras, resultaron siendo las mejores productoras de carbón y a partir de ahí, todo el mundo tuvo que ver con este mineral, los campesinos abandonaron las parcelas para dedicarse a la minería.
Y así fue que Teo buscando mejores oportunidades en la vida resulto trabajando como minero en la carbonera [ Don Teo}. Teo, entro a trabajar como obrero raso, trabajando de las 7 de la mañana a las cuatro de la tarde, con un espacio para el almuerzo. Tenía que meterse a la mina con su casco y demás indumentaria requerida por la ARP en ese entonces, hoy ARL, y con sus compañeros empezar a romper la roca dentro del túnel que bien avanzado iba. Todos los días de lunes a sábado estaba trabajando dentro de la mina. Contento con su trabajo llevo a su familia a vivir al pueblo en una casa en arriendo. Como a los tres meses de labores, estando en la mina, esta se derrumbó y el único que no pudo salir fue Teo, quedo sepultado, con cientos de metros de tierra encima, quedo enterrado vivo. Se pusieron en alerta los equipos de rescate, hicieron boca túneles para airear, removieron tierra y llegaron al sitio del desastre, encontraron a Teo más muerto que vivo, de inmediato fue trasladado al Hospital de Socha, donde le diagnosticaron disnea, varias costillas rotas y un par de vertebras quebradas, por consiguiente no podía volver a trabajar en la mina, pues no podía moverse. La ARP, le presto su apoyo durante seis meses y lo abandono a su suerte.
Cansado de no poder hacer nada, se fue para Bogotá en busca de mejores oportunidades, pero fue difícil, porque por su condición de discapacidad era rechazado continuamente, hasta que al fin pudo entrar como ruso en una construcción. Entro a trabajar con una firma de ingenieros constructores, cuyo proyecto era construir un edificio de apartamentos en el norte de Bogotá. Por fin tenía un trabajo estable y bien remunerado. A los ocho meses de estar trabajando, se le cayó un muro de concreto encima, lo aplasto totalmente. Llegaron las ambulancias, y se lo llevaron para la clínica de la Colina, allí lo atendieron de la mejor forma, a los veinte días de estar interno, un poco recuperado con incapacidad de tres meses, salió adolorido por todo lado, con tornillos en un pie y satisfecho con el accidente porque, el muro que le había caído encima le arreglo las vértebras que le había dañado el accidente en la carbonera.
Recuperado de sus dolencias, por el accidente y por las cirugías, dando gracias a Dios ahora está gozando de buena salud, en su casa con su familia y con buen trabajo, totalmente diferente a sus labores anteriores.
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