Será bueno peinarme en el titanio que llevas en la espalda,.
circular en caballo por tu memoria,
navegar en tu mar de espumas rojas;
o subir la cuesta en un tren que ruede en reversa.
Prenderme a las faldas de tu piedra solar,
o bien irme despacio a la luz de tus lunas.
LLevame, insistió.
Caminé con ella por caminos de olvido,
y el olvido se espantó como lo hacen las parvadas de pájaros azules
cuando presienten la pisada de viento humano.
Volví a verme entre carne, sangre y respirando la primera bocanada de una tierra manchada por veneros de petróleo y naranja.
Las voces lejanas de los abuelos que no conocí.
Sentí el dulce sabor de la leche materna,
las caricias de mi padre
y el sabor duro de las piedras de un rio trayendo noticias de la montaña..
Déjame le dije.
Texto agregado el 05-04-2018, y leído por 168
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