Hoy

casi por casualidad y sin quererlo

descubrí una triste verdad.

Me visitó sin pretensiones

Pero se quedó haciéndome compañía hasta bien entrada la noche.

Hoy

Casi por casualidad y sin quererlo

Supe que a pesar de hacer frente a casi todos mis miedos de juventud

Aún queda uno haciéndome compañía

No pido excusas a los creyentes por la duda que me abarca

Pues con seguridad este miedo acompaña a más de uno.

Pero es que claro,

y ayúdenme con esto por favor,

Cómo decirle a la mujer de tu vida que lo sabes?

Cómo decirle a la mujer de tu vida lo que sabes?

Cómo soltarlo todo así, sin ton ni son,

Sin una miserable prueba convincente?

Sin la más remota prueba de haber encontrado la verdad?

A excepción de que todo tu cuerpo bailó al son de su cabello mientras se te acercaba para preguntarte “qué es todo esto?”

Cómo asegurarle que lo comprendiste un instante después de verla,

Antes de saber que iba a caminar directo hacía ti,

Como si ella también hubiera sentido mi cuerpo bailar?

Cómo contarle que la habías presentido dos semanas atrás,

Cuando creíste conocerla a pesar de su distancia?

Cómo explicarle el tartamudeo y la disimulada sonrisa,

que a pesar de mis esfuerzos,

logró escaparse por la esquina de mis labios?

Cómo?

Cómo?

No podría explicarle

No sabría explicarle,

No lograría contarle,

No debería

No convendría.

Mi miedo se hace grande y me mira desafiante.

Guardo la remota esperanza de que mañana me abandone.

Si

Tal vez mañana me abandone.