acabo de bañarme... el tibio olor a café atrae mi sentido... hay una que otra pastilla para el dolor, aquel cuerpo benigno por un instante... las siluetas del ayer y del mañana lustran este instante de placidez y paz... no escucho mas que el aroma del silencio... dios está en todas partes, y lo siento en lo mas profundo de mi soledad... me siento observado, amado y sobre todo, bendito... lágrimas caen de mi corazón por una capa de gratitud sobre mi alma... y el sonido del amor imposible toca mis manos... y siento ganas de cantar, bailar, amar a quien esté a mi lado... mas, no hay nadie mas que dios... será que nací para él... y en este momento escucho los pasos de la muerte que arrastran tantas cadenas de seres adoloridos... el brillo de dos ojos flotan como dos bichos divinos... buscan la silueta del ser... y sobre todo, aman cada instante en que respiran... nací para amarte, escucho una voz que nace de las profundidades del silencio... nací para amarte, vuelvo a escuchar... me levanto y en plena oscuridad camino sin parar... el brillo aún salta por todas partes... y de pronto las fuerzas de la vida sueltan las cuerdas de este cuerpo... y siento que caigo como un títere... abrazado a toda una eternidad de sueños, siento que nací para amarte... y veo un rostro que se acerca a mi lecho... y este huele a una taza de café... sonrío de gratitud... mi soledad está completa... lo grito en el reino del silencio...