No sé cuándo la perdí.
No sé cuándo me quedé pasmada ante mi propia existencia.
No sé cuando me quedé ciega a mis emociones.
Allanada de silencio, silenciando mi ser, silenciando quién soy.
Siento hoy un brío que necesita ser descargado.
Siento que necesito avanzar.
Pero no sé hacia dónde.
No sé lo que quiero, tal vez no quiera nada.
Creo que he dejado de ambicionar.
Nada vale el esfuerzo.
Creo que he me congelé y por no dar un paso en falso, dejé de avanzar del todo.
Pero mi yo grita. Adentro grita con gritos sordos que atemorizan.
El miedo.
El miedo me movió siempre.
Hacer lo correcto no por amor sino por miedo.
hacerlo correctamente por temos a fallar, concentradamente, estresadamente
alimenté ese miedo
y hoy lo llena todo
y me paraliza
ese ímpetu acallado se retuerce en mis entrañas
ese ímpetu que es mi energía vital que quiere fluir
pero no hay un camino trazado
por que mis caminos nunca fueron míos
mis decisiones nunca fueron más que las de una marioneta que hace lo que le dicen que haga
y hoy que me encuentro sin ataduras
que puedo avanzar hacia donde yo decida
ya no sé dibujar mi propio camino
sólo me siento a esperar que no pase nada malo
y a temer que pueda perder lo bueno que aún me queda
Texto agregado el 27-03-2018, y leído por 54
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