Para el merecido descanso
del menor a la mayor
de la tímida a la coqueta
del dócil al insumiso
como golondrinas de verano
así llegaron los nietos
a la casa solariega
a compartir el estío
Uno a uno se vinieron
así se fueron juntando
como una tromba de risas
con la inocencia infantil
sus huellas fueron quedando
en la pelota olvidada
o el sombrero sin su pluma
oculto tras el sillón
Y como nada es eterno
verano, otoño, e invierno
los días se van implacables
y el silencio de la casa
se ha llenado de recuerdos
solo queda la duda cruel
si habrá un nuevo verano
con la abuela y el abuelo
Texto agregado el 23-03-2018, y leído por 62
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
23-03-2018
Hermoso poema. MarceloArrizabalaga
23-03-2018
Un trabajo bien estructurado; imágenes de nostalgias bien armado. Saludos desde Iquique Chile vejete_rockero-48
23-03-2018
Es muy nostálgico, no sabemos que pasará en los próximos veranos. ino
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