¿Quién pudiera ser poesía
o tan sólo la melodía que cae sobre la rima?,
yo no soy poeta ni visionaria,
soy un diamante en bruto
que se fue puliendo a sí misma.

Poesía es el dolor transformado,
es la percepción de un marginado,
es la mugre entre los dedos,
es la sangre entre los labios,
es la vida expresando su desencanto,
es el grito en el quedo vacío
y son las alas
de las que se dota el espíritu desposeído.

¡Poesía no eres tú, mi amor!,
no soy Bécquer ni tengo la cualidad de locuaz
para mutilar su creación,
no confundas un verso con un trago de ron,
no te apropies de un beso que carezca de sabor,
y no te llamaré "poesía", ¡eso no sucederá hoy!,
porque ella no se compara con habladurías del exterior.

Niña poesía, habitante y peregrina,
la palabra como concepto de absoluto
ante la rotura de la monotonía,
el poeta como predicador y malviviente
ha prescindido de máscaras y escuetas mentes,
ha desencajado en historias de amor y lugares corrientes.

Antes de ti no me pertenecía
era una extranjera de anatomías y nombres,
llegaste muy temprano a mi vida
para salvarme de la opresión
que recubre al alma pobre
y que al músculo cuelga y esconde.

¡Me salvaste de mi misma, poesía!,
de aquella historia que fue mi niñez primera
y le diste un consuelo a esta paria malviviente
que mutiló su moral de buenas costumbres
para ser pensamiento ante la conciencia insurgente.

-21 de marzo, Día mundial de la Poesía.