Te necesito

Necesito tranquilidad para poder exasperarme,
la paz de las tormentas
y la calma consejera
que me permita sueños y pesadillas.

Necesito un instante de quietud,
entre la alarma y el desasosiego,
el aspero alimento de la sinrazón
para atender a lamentos y predestinaciones.

Necesito el silencio para escucharme,
autoreflexión y balsamo
para aceptar esas tus claras evidencias
que siempre conviertes en sentencias.

Necesito negar mi existencia,
mi fe, mi credo, mi yo
en una angustia invertida
para saber que aún estoy aquí.

Necesito oir tu voz lastimera,
encanto de sirena varada y constante
luz plácida de mis sombras
para despertarme cada mañana, tarde y noche.

Necesito la voz callada de tus ojos,
condenatoria y siempre atenta,
hermana, fraterna y reveladora,
sentido sentimiento de mi existir.