HIPOCRESIA



Desangra el carnaval su desenfreno
al son de los timbales y la lata,
su loco frenesí bendice un juego
que excita el corazón, lo estruja y mata.
Corremos sin razón y sin destino,
llegamos siempre tarde a todos lados,
escriben esta historia cuatro vivos
que saben cuales son nuestros pecados.

En esta soledad de tanta gente
mi máscara
que quiere sonreír
esboza por costumbre simplemente
un gesto
que me va diciendo “gris”.

Enciende el carnaval con su destello
mil luces que se prenden y se apagan,
titilan con fervor cuando a su paso
sus sombras no nos van dejando nada.
Perversa y sin piedad la trama abyecta
esconde en esta cruel melomanía
acordes disonantes que proyectan
el mismo ritmo, la vieja melodía.

En esta soledad de tanta gente
mi máscara
que quiere sonreír
esboza por costumbre simplemente
un gesto
que me va diciendo “gris”.