HEROE DE MALVINAS:
Acabo de despedir a un amigo, su muerte repentina y prematura nos afecto a todos los que lo conocimos y tuvimos el placer de de compartir su amistad. Son muchos lo momentos alegres compartidos, pero perdura en mis recuerdos una charla que mantuve con el a casi un año de su regreso de la guerra.
Jorge había sido movilizado, mientras hacia el servicio militar, en ese momento obligatorio a las Islas Malvinas, por cuestiones que la historia juzgara, la Junta Militar que usurpaba el gobierno de la Argentina, que habían fracasado en la cuestión social, en lo político, y en lo económico, y que solo había tenido éxito en asesinar, torturar, violar, y hacer desaparecer a 30.000 argentinos que pretendían una patria más justa, libre y soberana, habían hecho un desembarco militar y habían recuperado las Islas Malvinas un anhelo de todo argentino, en su afán de perpetuarse en el poder, y a raíz de eso Inglaterra había declarado la guerra a Argentina, con la complicidad , asesoramiento logístico y armamentos de Estados Unidos
Fueron tantos los errores que cometieron: Enviar tropas de jóvenes sin experiencia militar ni entrenamiento, , mal abrigados, sin armamentos ni ropa adecuada para esa zona inhóspita, sin provisiones ni alimentos, con oficiales sin experiencia, que hicieron que el desenlace fuera rápido, y que sumaran a sus fracasos también el militar.
Hacia tiempo que no visitaba el pueblito al que tuve que abandonar, para trasladarme a una ciudad más grande y con mayores posibilidades laborales.
Ese día, aprovechando que tenia que presupuestar un trabajo en una estancia cercana decidí visitar a a mis familiares y amigos.
Al pasar frente a su casa lo veo sentado, pensativo, mirando hacia el horizonte, detuve mi vehículo y baje a saludarlo, me miro, su mirada no era la misma de siempre, el, que siempre fue un tipo alegre y sonriente en cualquier circunstancia estaba muy serio y parecía preocupado, comenzamos a hablar de cosas intrascendentes, de anécdotas y de amigos en común, hasta que mencione el tema de la guerra, pareció transformarse, la charla se convirtió en un monologo, me aferro un brazo fuertemente y durante casi dos horas, no paro de hablar.
Así fue que me entere de boca de uno de los protagonistas de esa guerra absurda, lo que muchos suponíamos.
Del frio atroz que sufrieron a pesar de que había depósitos llenos de frazadas y abrigos, de lo mal alimentados que estuvieron, mientras que los oficiales y superiores tenían de todo, ellos se veían a robarles ovejas a los isleños para poder alimentarse.
Las armas que les dieron: fusiles desechos, descartes de otras guerras, que en su mayoría no funcionaban.
El comportamiento de muchos de sus oficiales, salvo contadas excepciones que vivían embragados y los sometían a feroces castigos por cuestiones mínimas, hasta estaquearlos en la nieve, y que en pleno combate se escondían dejándolos librados a su suerte.
El accionar del enemigo, equipados al extremo, tanto para pelear en la oscuridad, como abrigados con ropa adecuada al clima, armas sofisticadas, todos profesionales de la guerra.
Llorando ,me comento lo sucedido en su grupo, donde en una incursión nocturna de los Gurkas, guerreros profesionales, aliados de Inglaterra, famosos por su ferocidad, habían degollados a varios de sus compañeros que dormían junto a el, lo hacían sistemáticamente, uno de por medio, para causar un efecto sicológico entre los sobrevivientes, lo horrible que había sido despertar y estar en medio de dos muertos, pensando que podría haber sido a la inversa, yo solo atinaba a escucharlo y abrazarlo tratando de consolarlo, luego de casi dos horas, pareció volver a la realidad, me pregunto por mi familia, por el trabajo, lo vi mas aliviado y me fui.
Comentando con mis amigos lo ocurrido, me miraban incrédulos, ¿El negro te hablo, el te conto todo eso? ¡Si porque! - Porque en todo este tiempo estuvo deprimido, no hablaba ni con sus familiares y menos de la guerra, Donde iba y comenta la sucedido me decían lo mismo. Al tiempo me entere de que había ha vuelto a ser el mismo de antes, alegre, divertido, con muchas ganas de vivir, e íntimamente me sentía feliz por haber colaborado de alguna forma en su recuperación.
Agustín Secreto
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