Subí al cuarto oscuro por la escalera silenciosa
Mientras la espesa niebla cubría mis ojos,
Empañados los vidrios de la torre majestuosa
Y esparcidos los pétalos de un corazón en despojos.

Amargura y tristeza en cada peldaño
Es sueño en el sepulcro como una señal,
Viejo castillo de tiempos de antaño
Con su fina escalera de forma espiral.

Forrado en la triste aureola del recuerdo
Sin mas recuerdo que el de la lánguida existencia,
Ahora forrado en madera esta su cuerpo
Ahora encerrada en cristal su inocencia.

Y sobrepaso cada noche el umbral vacío
De la puerta misteriosa que en mi mente poseo,
Anhelando sus ojos que tanto y tanto ansío,
Predicando su cuerpo que tanto y tanto deseo,

Me siento a su lado y espero a que despierte
Y yo aun despierto la sueño en lúgubre placer,
Juego en sus cabellos y en su boca ardiente
Duermo entre sus brazos como un niño que acaba de nacer.

La beso tiernamente y corro hacia la puerta
Y sin mirar atrás emprendo la huida.
¡oh reina mía que aun sigues muerta!
¡Pero yo sigo creyendo que estas dormida!