En el anhelo funesto de las caricias distantes
yace un cuerpo fallecido
lleno de estímulos y palabras restantes
que intentan conjugar el sentimiento eterno de la noche
al momento de darme cuenta que no estás presente,
ese instante que me dice que te extraño
al mismo tiempo en que me separo de tus manos,
esa imagen del reloj de muralla haciéndose infinito
con el pasar de tus brazos
y el cruce de los míos acariciándonos, mimetizándonos
y construyendo una imagen completa y compleja
de lo que nos representa como humanos:
vivos y acalorados en este transcurso del verano
que impide secar nuestras manos
al ritmo de la caminata
con la cual acompañas mi rutina matutina
de lleno a vivir el día
después de un fin de semana
repleto de emociones y vértigos
con los cuales me divierto sonriendo
mientras beso tu cara
al son de los vientos porteños.
Texto agregado el 13-03-2018, y leído por 53
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Lectores Opinan
13-03-2018
Siempre me ha gustado como escribes y ésta no es la excepción. Abrazos! Roxanna justinax