Un reflejo de ayer en mis pupilas ardió,
te vi Córdoba querida fluir al atardecer
como una ave en vuelo nos encontramos cielo,
comprendí cuanto te extraño al amanecer.

Bella como una flor, plena de luz y color
en tus ojos de provinciana me encontré,
y flotando entre nubes, viví cada anochecer
sabiéndote aun tan mía como lo fue ayer.

Los suspiros de tu corazón latieron feliz
en tus sierras, lagos y ríos sufrago mi corazón
como en tus calles alegres junto a tu gente,
allí vi los versos de poetas, y cantores.

Verte fue maravilloso, saberte tan viva un premio,
que mi corazón agradece al verte tan pujante,
tengo que agradarte por el cariño recibido de tu piel
de tus ojos cordobeses, de tu gente siempre alegre
volveré a tus ríos a tus cantos a tus versos siempre.

A tus iglesias, tus plazas, tus teatros y jardines,
volveré a sentir tu llamado querida Córdoba.

Alessandrini María del Rosario