Lo que se ha llevado el viento,
en mi memoria se conserva
con palabras enlazadas, blancas
como olas de azúcar negra.
Mordisco ancestral de lento crecer,
engarzado al pensamiento, negándose
a desaparecer, a exiliarse del mundo.
Secretas, silenciosas, petrificadas,
sobreviven en pluscuamperfecta
importancia, buscando un juicio justo.
El tiempo, con seguridad, borrará,
ni mejor ni peor que otras faenas,
detalles, errores y pecados,
mal aventurando pequeñas referencias,
pero muchas sobrevivirán aferrando
la arena granulosa de lo sustancial,
y las palabras la arrastraran, en fértil marea,
mostrando ese algo perdido
en algún tiempo de una vida anterior. |