Este es un lenguaje que sólo dos entienden: una forma de amor que no necesita explicarse en la aprobación o desaprobación de otros, en su piel que deriva en consejos entintados de malas o buenas experiencias.
Un lenguaje codificado del que nada esperan, salvo quererse como se quieren y sanarse a partir de ello. Un amor que los llena hasta cortezas íntimas, sin sello físico, sin límite mental, ni de pertenencia...
Si ellos lo entienden, nada más importa y de ahí se desborda.