A ciegas(cuento)
Se aprende a robar ¿Sabes? En los arroyos de la vida no hay pantanos, ninguno puede hundirse en las arenas de la indiferencia porque ser niño es igual a ser hombre y niña... ni te imagines la diferencia no existen privilegios.
Se roba en la familia de Esperanza que aun su nombre nos hable de mejores mañanas, ella prefiere tomárselo como se lo enseñaron, en la familia se joden todos parejo así que los niños que no roban son golpeados salvajemente. Las niñas a corta edad explotan sus atributos mujeriles.
La droga es indispensable, sientes los ardores de la desesperación y el objetivo es salvarte, por eso los hermanos mayores inducen a los chicos, así tendrán asegurada su cuota diaria de estupefacientes.
Esperanza no nació ciega, fueron las anfetaminas quienes poco a poco la imposibilitaron y aun cuando se le ve depender de Bruno para transportarse de un lado a otro, ver no es algo que preocupe demasiado cuando el cuerpo, su cuerpo le exige una dosis.
En el mundo de la droga las cosas de interés no son las mismas que las tuyas. Eso debes tenerlo claro si conoces a Esperanza.
Bruno no se droga, cosa extraña porque en la pesca la mayoría lo hace. Estarte las horas en el mar se escucha fácil, pero son muchas, días y noches recorriendo las zonas a motor para localizar las manchas plateadas en el agua. Los pescadores describen su vida como maravillosa, a las cuatro de la mañana se levantan, alegres, deseosos de adentrarse en las aguas del golfo mientras las esposas depositan en servilletas blancas y pequeños contenedores el alimento para consumir más tarde. Regresan a la una de la mañana por lo que duermen muy pocas horas. Además... el pequeño pueblo no tiene otro divertimento, o te drogas o te vuelves alcoholico y ellos prefieren mantenerse despiertos.
Este hombre no pertenece a los arroyos y cualquiera diría que es demasiado serio para relacionarse con una drogadicta, pero pasa que en el corazón no se manda y Bruno si ve. Percibe la curvatura de una exquisita cintura, los pechos pequeños que erguidos invitan a pecar entre cabellos crespados y el rostro sin maquillaje de una chica que se vende. Se convierte en su sombra, su amante, un marido que no entona en el cuadro de ladrones que la acompañan.
Un hombre u otro da lo mismo a Esperanza, nunca sabrá que Bruno tiene los ojos verdes y es lo bastante atractivo para conquistarla. Lo más que entiende es que es tímido, demasiado tímido y lo aprovecha. Un dinero seguro la alejaría de la prostitución.
Hace unos meses suspendieron la pesca en el puerto. Bruno no sabe hacer otra cosa que tirarse a la mar y aun cuando entiende que antes aparecían cadáveres de cetáceos en la playa de manera sospechosa y muy extraña, hoy... los cadáveres son humanos porque la marina se dio a la caza de infractores. Sabe que pescar es cosa de vida o muerte, y pesca oiga... de cualquier forma siempre fue peligroso. El mar es traicionero lo entienden todos.
No hace mucho un helicópero militar se posó a escasos metros sobre su lancha para voltearla. Los pescadores salen de noche para no ser vistos y de noche, creame que de noche muy poco se puede hacer si en una máquina de esas quieren asesinarte. De los cuatro a bordo se salvaron dos. Quizás usted no sabía como los matan, aunque claro... para el gobierno son accidentes aca no se mata a nadie.
Bruno está ahorrando para operar a Esperanza, el médico le dijo que la intervención es sencilla, pero ella tendrá que dejar la droga, llevar un tratamiento para reforzar sus defensas y ella lo rechaza, pero él está dispuesto a todo para ayudarla.Este es un viaje con el viento en contra, pero él es perseverante, la pesca le enseñó los secretos de la paciencia y no hubo chinchorro que no atrapara lo mejor de la temporada.
Asistió al velorio de sus compañeros. El puerto de San Felipe no posee otra forma de vivir, pero morir es fácil desde que el nuevo gobierno hizo reformas energéticas dando a los extranjeros lo que por muchos años los mexicanos trabajaron. Es tan cínico y reprochable este robo, el peor de todos los robos que alguna vez sufriera nuestra nación.Luchar contra gigantes es cosa de miedo. Grandes empresas están interesadas en extraer gas del subsuelo.
Nunca antes hubo daños por ejercer el humilde trabajo de llevar sustento a casa, pero claro... sacar a los testigos de las playas fue lo más conveniente, mientas se hace culpable a inocentes de tus ambiciones. Así nadie mira las grandes manchas de aceite y contaminantes. Así todos somos ciegos.
Bruno perdió el equipo de pesca junto a sus compañeros. Él y Fernando fueron encontrados en una playa alejada al día siguiente, pero sus amigos quedaron enredados en la red bajo el agua, en esta situación los salvavidas pierden su servicio. Encontrarlos no fue tarea fácil. Muchos otros murieron en las mismas circunstancias.
La suma que necesita para operar a Esperanza está incompleta. compra alguna fruta para llevarle al centro de rehabilitación donde se mantiene internada. La fecha se acerca y aún no logra reunir la cantidad acordada con el médico. Entiende lo mucho que ha abanzado y no está dispuesto a renunciar al sueño de dar a su mujer Otra oportunidad.
Fernando le propone tirar redes al muerto (se extiende la red mar adentro sobre la playa cuando baja la marea), para eso tendrán que dormir a despoblado totalmente a oscuras, sin fogatas o cualquier señal que pueda alertar a los militares. Jamás pensó en pasar de pescador a ladrón en la tarea que realizó toda su vida.
La vida de pescador está llena de aventuras. El mar tiene tantos secretos. Bosques multicolores que parecen transportarte diariamente al paraiso.La gente nace en la orilla, su única escuela es amanecer entre las olas, entender las carreteras del oceano y ser hombre. Ladrón de su casa es algo que no acepta.
Fernando y Bruno se internan en unos peñascos entre paredones, antes que salga el sol la marea estará nuevamente abajo y en pocos días completará el dinero que cuesta la intervención.
Abraza a Esperanza, la mira tan niña y dependiente, tan suya y tan sin alas para escaparse. No le parece justo, el quiere que lo ame como se ama a un hombre, con todos los sentidos.
Duermen, pero Fernando escucha un ruido abajo y le pide que vaya a ver. Se levanta en la oscuridad,no deben llamar la atención por lo que se dirige a la playa sin linterna. Absolutamente nada que pueda delatarles.
Once metros mide el paredón. Resbala... Es que nunca había pescado en tierra. Se rompe en cuatro partes la columna, pero queda vivo, vivo para llorar, gritar de dolor.
Fernando escucha a Bruno pedir ayuda, no logra ver es demasiado oscuro. Pronto llegará la armada, están demasiado cerca para no escuchar. El lugar es cerrado, imposible de bajar algún vehículo, tendría que bajar con cuerdas y no existe manera de subir a un herido de esa gravedad.
Debe alejarse. Quizás lo auxilien, lo saquen con el mismo helicóptero que los atacó. Condenen por robar las playas donde alguna vez de niño aprendió a pescar.
Lo cierto es que
Bruno no apareció.
Esperanza volvió a las drogas y la prostitución.
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