Cuando el profesor lanzó la pregunta, el alumnado se estremeció. Era una cuestión peliaguda, incluso para aquel brillante curso de Física de segundo de bachillerato( de aquellos tiempos en que cuando la gente estudiaba era por tener alguna aptitud). El alumnado empezó a improvisar respuestas. Un segundo antes de la creación. Materia tendría que haber- me planteaba. Cómo explicar si no una explosión. Una gran explosión que no era otra cosa lo que significaba aquéllo del Big bang, por mucho que se dijera en inglés. Cada cual lanzaba una respuesta de acuerdo con su- más que nada- imaginación. Aquella clase de física teórica estaba a punto de terminar, cuando me llegó a mí el turno.
Cómo se medía el tiempo antes de la gran explosión. Esa era la cuestión lanzada por el profesor. Y qué había.
Me pareció tan complicado el asunto que aposté por la metáfora( había decidido ya que iría para letras, con lo que no era muy probable que me estuvieran restregando la respuesta mucho tiempo). Así que me decidí.
- Con un reloj negro, si sólo había materia y no luz- por lo que al tiempo se refiere.
Contrariamente a lo que en principio pudiera parecer el profesor no se alarmó. Por lo que ya lanzado, me explayé.
- Un reloj negro en la muñeca izquierda de un señor.