Quizás, todavía estoy Doblando a la derecha A mitad de cuadra Pasando la casa Del portón negro Con el sol en la cara Y las lagañas en la piel Con el botín de lapices caídos En lo recóndito de mi cartuchera Que nunca fue de tres pisos Ni tenia para asegurar Los lapices a sus paredes A sus pisos de ostentación O en el pasto verde Lleno de hormigas Que me pican el culo A pesar del pantalon De corderoy Y andar descalzo era Religión Santo y seña Misa y evangelio Y la siesta sagrada Excepto que no Los gritos Los gritos, por dios Los gritos Y los golpes Los insultos Y el miedo no tan absurdo De poder morir.
Texto agregado el 01-03-2018, y leído por 28 visitantes. (2 votos)