Vespertinos susurros arrastran una canción perdida,
se confunde en el domingo azul de la modorra urbana,
perdiéndose entre las múltiples miradas incompletas
que deambulan en la penumbra de envolvente atardecer.
Sigiloso y en silencio el musical encanto gana somnolencia
y se pierde en el borde de la realidad con liviana resignación,
cual si solo fuera el lamento de un amor descuidado.
Texto agregado el 18-02-2018, y leído por 80
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Lectores Opinan
25-02-2018
Sabe usted detenerse en lo nimio, en los detalles. Hipsipila
24-02-2018
Cual es el borde la realidad...con liviana resignación! martilu