-wuawuaaa...lloraba un niño que acababa de nacer, los doctores que presenciaron la maravilla humana, se sentían realmente satisfechos.
-este niño goza de buena salud, realmente valdrá unos 3000 dólares. Tome enfermera y dele un buen baño, ya que lo necesita. –dijo el Dr. Carlos Braum. Este era un hombre ruin, jamás albergo a ninguno de sus hijos ya que a todos les aplicaba la misma ley…su ley de ventas. Con el tiempo se volvió adinerado y con mucho poder político.
La enfermera quien era una señora mayor de 68 años ya sabía cuál era su oficio, ella quería al Dr. Braum como si fuera su hijo y lo que el decía era ley para ella….
Este trabajo de trata el Dr. Braum lo veía como un simple negocio cualquiera, como si de vender carne al raleo fuese…
Un día llego a su hospital, una persona de clase baja de la más baja sociedad….otra víctima fácil, según el Dr. Braum, ya que su ley se dirigía en especial a los más pobres, ya que él creía que les hacia un favor al privarles de sus hijos.
La mujer que entro a la sala de parto se llamaba Pertulia y era muy pobre, la trajo un taxista que había escuchado buenas referencias del Hospital Municipal Buenos Aires cuyo máximo representante era nada menos que el Dr. Braum…
-dejen que ingrese la pobre mujer!. Exclamo el Dr. Braum. –tráiganme mis instrumentos y seden a esta buena mujer…
-por Dios!...-son cuatrillizos, ….
El Dr. Braum dejo que la anestesia cale hondo en el corazón de Pertulia hasta que la fuerte dosis la asfixio y la pobre mujer murió... sin familiares, sin nadie más que los cuatrillizos, el Dr. Braum hizo sus números y cálculos de lo mucho que ganaría con la vente de 4 niños saludables…la enfermera esta contenta también…todo parecía indicar que se saldrían con la suya…
-Gracias mi señor, por tan buena cosecha..-dijo el Dr, Braum…
Muy pronto los niños fueron vendidos y el Dr Braum ahora se había convertido en un servidor de Jesús, aunque claro que esto lo hacia para no levantar sospechas…los años fueron pasando y cada niño que el había vendido fue creciendo.
Un día en una homilía apareció la señora Pertulia…….
-pero esto es imposible…dijo para sus adentros el Dr. Braum, -yo mismo la mate.
Lo que no se había dado cuenta es que la vieja enfermera antes de morir quiso hacer algo justo…sin que supiese su querido doctor, ella colocó el antídoto a tan eficaz sedante…con lo cual hizo que reviviera…
La historia se convirtió en noticia, la noticia se convirtió en Ley, una Ley en la que se prohibía reclamar a los médicos por vender niños….
La Sra. Pertulia está viva, pero hasta el día de hoy va peregrinando de oficina en oficina de ciudad en ciudad hasta que algún día pueda encontrar a sus hijos, a sus cuatrillizos…
La población sabía que eso estaba mal, y todos decían al unísono
-que lance la primera piedra el que esté libre de culpa…
FIN
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