Las nubes de sombras aterciopeladas,
reflejan su estado de ánimo,
cuando su textura
está llena de rocío,
para ser deslizadas
al momento que el invierno
tirita de frio.
Y las nubes nacaradas
con sus diminutos cristales
se deslizan a la montaña
y la llenan de nevada
con su agua ionizada,
y la atmosfera inflamable
con un suave y fantasmagórico
incendio, las transforma en agua
cristalina que caen precipitadas
en forma de cascadas.
Maite Katiuska Moreno
15-02-2018
“Cada estación tiene su encanto mientras se mire
con objeción"
Texto agregado el 16-02-2018, y leído por 59
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