Siento…
pienso…
y los pensamientos aparecen…
se transforman…
duelen en el pecho…
con una presión intensa…
punzadas…
alfileres…
flechas…
dardos en el corazón…
un corazón que siente el frío…
con esa sensación triste…
un corazón congelado…
suspendido en el tiempo…
paralizado…

Parálisis…
parálisis en medio de la impaciencia…
una impaciencia tranquila…
como en el juego de los suplentes…
que nunca juegan…
y sólo esperan…
con la tristeza del pobre peón que no avanza…
en un tablero donde solo aguarda…
el turno que nunca llega…
anhelando convertirse en reina…
tal vez adelantar como una torre…
una torre que no se derrumba…
porque es fuerte…
o seguir por la tangente…
como el alfil…
estilizado y ligero…
pero el turno no llega…
porque son otros…
los que piensan que piensan lo correcto…
los que atacan…
y yo solo espero…

No es un juego…
pero algunos juegan…
a la soberbia seguridad que daña…
mientras espero…
envuelta en bálsamos mágicos…
pócimas que aplacan las ansias…
pero no el pensamiento…
que espera en la banca de los que no intervienen…
de los que no avanzan…
paralizada en medio de la parálisis…
que no calma al pensamiento…
pensamientos anclados en los recuerdos…
pensamientos que se distraen con nuevas símbolos…
buscando respuestas que apacigüen…
que protejan del terrible lastre de la ignorancia…
en medio del letargo inmóvil…
que sólo daña por dentro…
lo que no es visible…
vulnerable a los que piensan pensando en lo correcto…
lo correctamente egoísta …
y que tampoco entienden…

Paralizada en la sombra…
de los pensamiento atrapados…
del sentir prohibido…
que se resiste a sacudir el egoísmo ajeno…
arrastrando lastres antiguos…
que paralizan su huida…
que impiden desplegar las alas…
para volar lejos…
para volar alto…
para buscar respuestas…
fuera de lo toxico…
de la ceguera infame y egoísta…
que no tiene límites…
que sigue lanzando dardos…
alfileres…
flechas…
y siempre acierta…
exacto en le blanco…
del corazón solo que siente frío…
porque está paralizado…