La luz me envió un
rostro, el viento me
entregó un nombre.
El bosque me regaló
una esencia, el cielo
azulado me dio un alma
y la providencia la transformo
en un todo.
Así fue como llegaste a
mi, así fue como vi la gloria
en tus ojos y el amor en tu
semblante. Así fue como me
uní a ti, amada mía.
Texto agregado el 13-02-2018, y leído por 70
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