Inicio / Cuenteros Locales / Dreist / mi linda catalepsia
Mireya es una joven esposa con una hija en la escuela. Siempre lleva las cosas con calma y nunca los quehaceres o el trajin la habían abrumado hasta que por motivos desconocidos empezó a perder fuerza en momentos inesperados. Su esposo consiguió una especialista que la atendiera ya que no le gusta que su esposa esté my en privado con un hombre que él no conozca, ni porque sea médico.
La vaina es que la doctora Bernal tiene que hablar largo y tendido con Humberto, el esposo de Mireya y eso a Mireya tampoco le cae muy bien que se diga. Pero apartando los celos y las pendejadas, el tratamiento tiene sus avances y sus retrocesos. Sólo que tienen un hija que requiere la atencón de los dos. Pasa un par de meses y los decaimientos de Mireya son ahora bastante fuertes. Los signos vitales son comprometedores y aparece la incertidumbre de si de un momento a otro podría desmayarse o si va a necesitar que alguien la ayude con la niña y las tareas de la casa.
Así apareció Lérida, una experta que conoce bien todo lo que hay que hacer y quien además puede ayudar a Humberto con las compras y otras menudencias. Todo va bien hasta que cierta noche Lerida tuvo que pasarla con Mireya en un hospital porque le había dado catalepsia. Más que una patología se trataba de un caso que escapaba a los recursos médicos.
Lérida regresa del hospital con los nervios algo aterados pero a la vez con sueño y estropeo. Humberto Le ofrece la cama donde él duerme con Mireya y es ahí donde Lerida descansa un buen rato. Ccuando se despertó llamó a Humberto para que la acompañara porque no quería estar sola en esa casa.
Llegó Humberto, estuvo ahí con Lérida, comieron juntos para luego ir a buscar a Mireya que ya iba salir del hospital. Antes de emprender la salida se dieron un beso cariñoso y Humberto exclamó: "¡Qué catalepsia más linda!". Lérida le pregunto si quería algo más con ella aparte de lo del trabajo. Él confesó que sí pero primero había que traer a Mireya.
Lérida pensó para sí misma "ese como que es un marica, primero me seduce y cuando yo pienso que me va a dar lo que más espero entoces me deja caliente y con las ganas."
Claro que Humberto ni es un marica ni la dejó con las ganas, sino que fue a llevar a Mireya con la familia de ella para que se quedara allá con la niña y entonces poder complacer a la pobre Lérida que por más que sea debe ser recompensada por portarse bien. |
Texto agregado el 10-02-2018, y leído por 34
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Lectores Opinan |
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11-02-2018 |
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Me gusta el lenguaje narrativo, porque es retrato cultural. Además, es muy mío. y la temática es más real que lo que podríamos imaginar. Te felicito. peco |
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