Mírame como relámpago que ciega tus ojos...
Mírame como resplandor que se enciende en la sombra de tus esperas...
Mírame como llama que palpita más allá del faro de tu razón dormida...
Te lo prometo,
desnudaré mi alma y mi cuerpo
y serán tus ojos los que me posean sin pudor.
Hasta que mi sangre roja se disuelva en tí.
Hasta que la piel me duela, empeñada en seducirte.
Texto agregado el 09-02-2018, y leído por 101
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