Que calor terrible puede hacer en febrero en Buenos Aires, las calles se vuelven realmente desiertas un domingo a las 14 hs...
Voy caminando por una calle desierta, esa loca soy yo, esperando ver a alguien para pasar un bonito día de sol, caminando en mi sendero con unas enormes gafas de sol...lo veo a lo lejos es él...
Un bello galán que por cosas de la vida nos tuvimos que cruzar, mientras nuestros caminos se juntan pienso en todo lo que pasó hasta llegar aquí...
Cuando me acerco a saludarlo ya comienzan las sonrisas, nuestro entorno es cálido, suave y armonioso...es esa clase de persona de la cual puedes hablar de todo sin verguenza, puedo poner cualquier cara y él se ríe, su forma de vivir es amigable, éste galán...creo que me gusta.
Últimamente leo mucho sobre las casualidades de Jung, e intento buscar las señales que me llevan a eso que deseo... y por algo yo, estaba allí...
Hubo un momento del día en que mi corazón paso a tener un antes y un después. Quizás suene tonto pero no me importa, hace mucho que no me sentía tan especial... y él logro hacermelo saber...
Tuvo la delicadeza y el detalle de traerme un pequeño presente de sus vacaciones, su postura fue ponerse a mi lado y abrir su manos como si de un diamente se tratara, y era un llavero... y aunque no fuese un diamante que no me interesa tener uno en lo mas mínimo, al ver como se abrio su mano así de esa manera yo de la misma forma estaba abriendo mi corazón.
Me sentí muy extraña, me encantan los regalos sin día especial, cada día es especial, el presente es especial, pero ahí estaba su regalo, él su sencilles y mi corazón vibrando por la emoción de sentir; sentir que alguien pensó en mi, descubrir que era él.
Me sonrojé.. creo que los regalos mas inesperados son los presentes de la vida, y ese detalle me recordó una parte de mi que era así y habia perdido, me hizo sentir que la vida sorprende con presentes, me extrañe ser el presente de alguien, buscaba en mi cabeza esa parte lógica en el presente que no existe, la emoción era mas grande que los pensamientos....
Pienso ahora que quizás algunas personas como yo habían perdido esos detalles, quizás la vida me enfrió por mas calor que hiciera y ahí estaba él y ese pequeño objeto que me demostraba que el verdadero valor son el sentir, las personas... los momentos.
Doy gracias por haber sido felíz en ese momento, fue un presente que hoy cambio mi día, quizás esto haya sido una señal de que hay costumbres que no debemos perder... gracias, por volver a enseñarme que mi vida aún tiene muchas cosas que recordar y momentos hermosos que vivir.
El mejor presente es que vuelvas a estar presente en mi vida, me gusta tener gente así a mi lado.
Te ganaste un beso parisino ;)
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