el hombre vestido de verde se levantó de la mesa y cogiendo todas sus pinturas se fue por la puerta de entrada... nadie le dio importancia... quizá porque era un artista así como todos los que llegaban al bar... le seguí con la mirada y no sé porqué me levanté de la mesa, pagué la cuenta y cogiendo mis textos, salí... le vi andar por las calles de aquel pueblo escoltado por uno que otro perro o niño que pedía unas monedas, pero el hombre de verde siguió su andar... le vi llegar a un viejo edificio y entrar a través de un portón... vi el edificio y este tendría como tres pisos y estaba lleno de ropa colgada por todas las mujeres de la vida... al verme una que otra me llamó... sonreí y decidí entrar... me esperaba una joven no mayor de quince años, desnuda y llena de pintura en la cara y en los labios... le di unas monedas y luego de verla nuevamente me paré y me fui cuando vi que del cuarto de al frente estaba el hombre de verde, pues la puerta estaba semi abierta... le vi mirando a una mujer rolliza y de piel oscura, desnuda y de algo mas de cuarenta años... la pintaba o mas bien le robaba la vida a través de su intensa mirada... quedé parado por un par de minutos y pude ver que el hombre de verde no se movía, tan solo la miraba con un pincel en la mano y en la otra una paleta llena de colores inimaginables... Dios mío!, sentí,.. estoy frente a un cuadro vivo... me sacudí la cabeza y bajé las escaleras... y cuando estuve en el llano, pude ver que todo cuanto veía estaba vivo, así como el aliento que me daba vida, o como mis líneas que aún nadie había leído ni mirado... estaba saliendo cuando una mujer que, supuse, vivía en el viejo coso me miró y preguntó que deseaba... le dije que era amigo del hombre de verde... se rio y dijo que ese hombre no tiene mas amigos que sus cuadros... gracias le dije... de nada, respondió... y cuando estaba por cruzar la calle escuché un gritó terrible... era el hombre de verde que se había tirado desde el tercer piso... me le acerqué y le vi casi agonizando... que desea, le pregunté... sonrió y balbuceo algo terrible: color, color, color...