el poeta cogió su cuaderno... se puso a mirar cuanto había escrito... río y suspirando, brotaron de sus gastados ojos dos enormes lágrimas que cuando cayeron sonaron como dos cáscaras de huevo... miró sus manos, luego se quitó la ropa y buscó algo que tomar... cogió una botella de vino y sacando el corcho se puso a libar hasta la última gota... secó sus labios y luego de besar una y otra vez la botella, fue en busca de un lápiz... lo encontró y fue rumbo a su vieja mesa de madera... se sentó y cogió el cuaderno y escribió...
HACE INSTANTES EN QUE MUERE LA CORDURA
Y BRILLAN EN LAS MANOS
ESTRELLAS MORIBUNDAS
¿SABE EL AMOR A VINO?
EL TIEMPO SE DETUVO POR UNA LUZ ROJA
APROVECHÓ
Y CORRIÓ TRAS LA VERDE LUZ DE LA ETERNIDAD...
PUEDA QUE CHOQUE CONTRA OTRO SER
UNIRÁ CORAZONES
Y CANTARÁ A LA VEZ
LA GLORIA DE UN BUEN VINO
Y LOS LABIOS DE LA ETERNIDAD...
empezó a reír sin parar... dejó el cuaderno y se tumbó sobre sucio piso... quedó así sin saber del tiempo ni del lugar... alguien tocó la puerta... era la dueña del cuarto en busca de su paga... "viejo... estás allí?", preguntó... estoy muerto, pero mas tarde puedo volver en otro cuerpo, espera a que nazca una rosa... espera a que el sol bese tus secos labios... y no dudes que tienes este ahora para vivir de amor...
la mujer tumbó la puerta y encontró al anciano poeta tumbado sobre el piso con un lápiz en la mano y una sonrisa en los labios.... se le acercó y la ternura de mujer le hizo cargarlo y colocarlo sobre una cama de madera vieja cubierta de trapos sucios y de colores variados... cerró la puerta, dejando reposar al poeta...