Esta es la esquina en la que se encuentra mi casa... quise decir, la casa donde vivo. Si alguien pasa por aquí una tarde de estas y me observa mover los labios y se me acerca, es probable que hasta alcance a oir un murmullo. Razón por la que ya me he habituado a oir a más de uno decir que estoy hablando solo.
Es comprensible que alguien lo piense porque hasta yo mismo en algunas oportunidades lo he llegado a pensar. Momentos hay qne que me paro aquí a saludar a "nadie" y raclamarle a la brisa. A reclamarle que no se lleve mis inquietudes sino que las transmita. A decirle a mis propios miedos que no se alejen de mí, necestio sentirme acompañado de ellos aunque sea para regañarlos por hacerme ver y oir cosas que no están más que en mis recuerdos o en cabezas ajenas que profieren palabras a alto volumen.
En claro y en directo, esta es la esquina en la que parezco un loco moviendo manos y haciendo muecas. Tratando de convencerme a mí mismo de que debo pisar tierra pero negándome a salir de la fantasía. Miro las nubes, las estrellas, el cielo y suspiro tal cual si estuviera enamorado de alguien. Tratando de ver la cara de personas que alguna vez estuvieron a mi lado y cuyos hologramas aun existen.
He aquí lo que más me sorpende de mi mismo. Porque los hologramas y los reflejos de aquellos con quienes convivo parecen ser mucho más reales que las personas en sí. El abrazo de un holograma o el beso de un reflejo o una silueta es para mí un tanto más sincero que el de mis amigoas y amigas a quienes tengo en mi corazón. Simpre y cuando se trate de hologramas que no se esfumen.
Ya incluso que me vuelvo yo también un espectro proyectado por mí mismo. Alguien que estoy aquí porque mi figura puede verse y algunas veces tocarse. Pero prefiero que piensen que estoy hablando solo o pensando en voz alta. Pelenado con nadie, con la briza, con mi imaginación, con mis recuerdos y hasta con mi corazoncito por ser capaz de sentir cuiando los hologramas no sentimos ya que no somos más que una proyección.
Así de simple. En una esquina, en una hacera o calzada, en la vereda que une la avenida de los sueños con la calle de los saludos efusivos. En la casa del abrazo, del beso y las expersiones de cariño. ¿tal vez amor? Entonces pase a mi casa señor Holograma, mi estimado colega, gusto en poder saludarlo nuevamente. Pase, siéntese y deguste esta copa de crudeza y espero que le agrade. Hablemos de todo lo que se venga, pasaemos una velada inolvidable en compañia de cada objeto y de cada pensamiento que está hoy aquí.
Ah, y permítame presentarle a mi novia la señorita Lealtad. No es my agradable de mirar ni de tratar porque es muy torva, pero así yo convivo con ella. Ya intenté un romance con otras señoritas y está fue la aceptó ser mi novia.
Y ahora viene el final todo este "blablablá". A qué quiero llegor con mi cháchara. Pues a nada. He hablado mucho y no he dicho nada. Sólo que como ya es costumbre hablar solo pues...
Mi nombre es Rafael Flores y mi correo es sincero.f7@gmail.com |