Mi Muela “Mula”
Ayer en preparación a la operación del corazón, debí de ir al dentista. De haber sabido, les juro que me habría lavado bien los dientes hasta cinco veces, y no solo tres veces al día, por cada uno de los 365 días de mis 65 años con que llegué a ese consultorio y que por poco terminan ahí mismo, y no permitir que se me hiciera esa caries en mi tercer molar superior izquierdo.
Sí, como dijo el dentista, su Mamá de él, nada tiene que ver; pero que mal me acordé de esa santa señora. Espero nos perdone a mi y a todos quienes me precedieron en aquel sillón ...y también a los que vienen.
Les juro que si me lavé los dientes tres veces por día, siguiendo la cancioncilla: "los de abajo se cepillan para arriba y los de arriba para abajo". Lo que me faltó, fue ejercitarme en quitar con los dientes el "hilo dental", con los beneficios eróticos adicionales que esa prenda conlleva.
Sí, en efecto, la dicha caries se formó, no en las cavidades de la superficie de la muela, sino qué, lo hizo en el lado que la une con la segunda muela de esa fila, razón por cual, y dado su avance, que logró gracias a lo oculto, debió extraerse cuando ya estaba infectada muchísimo.
Debo decirles que esa mañana, en preparación a la cita dental, decidí no tomarme ningún medicamento para el dolor, pues me aplicarían anestésico y erradicaría el Doctor la causa de la molestia, que si bien eso debía doler y su evolución igual, pues ya que empezara el dolor sería cuando debería de aplicar el medicamento respectivo. Esta deducción es básicamente correcta, solo que, hay algo que mecánicamente no es "tan así", como luego verán.
Antes debo decirles que la extracción de mi adorada muela, fue algo así como un mal parto, o como luego dicen: "parir chayotes", que dicho sea de paso, "ahora entiendo que quiere decir eso". Resulta ser que mi muela, no tenía tres raíces como por lo regular suele suceder, sino que, tenía cuatro, pero la cuarta no estaba alineada hacía arriba como las otras tres. Por alguna razón, natura la dotó de una forma "como de gancho para la ropa" y se colgó de mi maxilar, sólo para hacernos sufrir a mí y al doctor, aquella mañana, y aumentar indebidamente el rosario de falsos recuerdos a su mamacita de él.
... No quería salir!!!
Pinche Muela...
Se imaginan como "Brutus" le quitaría una muela a "Popeye en ayunas", pues ni más ni menos... sólo faltó que el Doctor me pusiera una bota en el pecho para hacer palanca y domeñar la cuarta y curveada raíz.
Todo empezó cuando el Dentista, una vez que ya me había puesto las consabidas inyecciones de anestésico y había dado paso a que hicieran efecto, me dijo, eso sí, con mucha propiedad: "pues manos a la obra"; Tal como si hubiera, ceremoniosamente, anunciado que la obra estaba, sólo "al levar del telón", por la "Tercera llamada"
... y tomo una pinza.
No me pareció, en ese momento, descomunal la herramienta. Lo que no sabía, es que apenas empezaba la prueba. Tal como, "...NO era de esperarse", la pinza y el esfuerzo normal, no fueron suficientes. Mi muela no quiso ceder y hubo se sacarse una segunda pinza, un poquito mas "tosca", para decirlo con un toque de "indulgencia" para el dentista y su apreciada progenitora.
Así, el tamaño y tosco de las pinzas, fueron subiendo en proporción a "lo mula" de mi muela, que se resistía. Se fueron aumentando nuestros improperios, que mezclábamos y conjugábamos el medico y yo, entre mi muela, y ahora ya la madrecita de su hermosa ayudante, que trajimos a colación para darle un respiro a la del médico. Todo por que esta agraciada damita no entendía que cuando por quinta vez cambió el operante de herramienta, es esta última ocasión ya se refería no a las pinzas dentales más grandes, sino a las de mecánica que tendría por algún lado y no le podía decir delante mío que las buscara de "la caja de herramientas del automóvil" y se empezaba a desesperar al galeno.
Finalmente, ya cuando la pinza era descomunal y el Dentista había sudado, acató a darle un giro para liberarla de la acción gancho que ejercía la cuarta raíz, y logrando así finalmente sacarla. Ustedes deben estar visualizando con mucha precisión "...lo mierda" que me sentía en ese sillón.
Bueno pues, en efecto, ya al estar fuera pudimos, paciente médico y ayudante, aquella increíble cuarta raíz curvada que nos hizo sufrir, pero al fin habría salido. Vendrá ahora el fenómeno de la recuperación y del como tomarse las pastillas para el dolor.
Por si todo lo anterior fuere poco, junto a todas las instrucciones postoperatorias vendría la clave final para no olvidarme de usar con propiedad el hilo dental. Me dijo el Dentista que, "NADA LÍQUIDOS POR UNA HORA" y NO BAJAR LA PRESIÓN POR ESA HORA DE LA GAZA QUE ESTARÁ PRESIONANDO LA HERIDA.
Pero como el tiempo de vigencia de la anestesia se agotó en la lucha con la mula muela y como ya empezaba el dolor, como demonios me iba tomar las patillas para el dolor si en una hora no podía, ni abrir la boca ni tomar líquidos, o sea, no podría quitarme el dolor.
Sí, si tienen ustedes en este momento una idea de la hora que pasé esperando que el pinche reloj se moviera y entienden el porque les describo lo anterior. Sí, en efecto, los quiero convencer de que usen el hilo dental de no debe faltar hacer uso correcto de él, antes de irse acostar y en la cama también.
Saludos y felices dientes...
Epílogo: Usé un popote para pasarme el agua por un ladito de la gaza y me empuje antes las pastillas con un palito de comida china hasta el cogote cuando aun faltaban 35 minutos para la hora.
... Pinche muela
Rafael Z Flores ©
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