Yerra mi carne
Crucifícame con tus ojos de hechicera,
estampa tu sonrisa amplia en la mirada mía,
déjame que sumiso, bese tus pies como a
las antiguas reinas y escale
desde tu huella en el camino hasta tu río húmedo.
Deja que te cabalgue huyendo,
que te descubra toda
separando suavemente tus piernas
como una tijera humana, y
que hinque mi lengua en tu humedad.
Déjame beber tus sabores de rebelde Diosa
mientras tu descansas los pies
sobre mi espalda y danzas como una buceadora olímpica.
Yerra mi carne, con furia y uñas de pantera herida.
Deja que pinte , de saliva, con mi lengua, tu cuerpo de sirena exótica
Deja que a besos borre las pecas, los lunares, las lunas y marcas
que dejaron sobre tu cuerpo los tiempos y tus guerras locas
Deja que amase como pan tu cuerpo y
entrégame las figuras ocre de tu pecho,
los alfiles tiernos , para ser un péndulo y oscilar
entre ellos,
para estar en todos los intersticios de tu cuerpo.
Ven, con tu sudor corriendo, para calmar mi sed
ven, cansada, para mimarte como a melindrosa
niña.
Embrújame hechicera hermosa,
con tu halo y tu sonrisa amplia.
Ven y caminamos juntos tus noviembres nuevos
yo te espero como un pavo real
y te paseo como a princesa electa,
con mi animal urgente.
Ven, que te he esperado por los siglos de los siglos,
con tu nombre bíblico
Wilioroz
|