ENCANTOS Y ENIGMAS DE LA NATURALEZA

Es principio de verano y Luciana tiene una cita programada para visitar a una de los huéspedes del tiempo, un minúsculo granito de arena del Universo en el globo terráqueo.

Llegado el momento de la cita, Luciana emprende su viaje al citado lugar. Cuando llegó se encontró con muchos turistas a la entrada de una maravillosa y enigmática Cueva, como huésped del tiempo. Al momento de entrar al interior de la enigmática Cueva ya el Guía había encendido la lámpara, y Luciana empezó a recorrerla, encontrándose con una inapreciable galería de obras de arte, que a través de los siglos se habían ido formando como esculturas de rocas de diferentes formas, como moldeadas por la invisible creatividad de la naturaleza. Luciana estaba embelesada mirando las obras de arte naturales cuando sorpresivamente le llamó la atención un pasadizo que la condujo a un exótico salón de la maravillosa y enigmática Cueva con facetas planas que con los rayos de la lámpara daba la sensación de que estuviese extendida una fantástica alfombra de diamante, ¡deslumbrante, verdad! exclamó Luciana. Sí, realmente deslumbrante, le respondió el Guía, y continuó hablando y le dijo: a todos los turistas que visitan esta galería les ha pasado y quedan encantados con este fenómeno natural. Luciana continuó recorriendo los pasadizos de la enigmática Cueva y entró a un salón donde se oía el murmullo de varios turistas, y cuando el Guía turístico entró apagó la luz por un segundo para que vieran un hermoso espectáculo de un fenómeno natural en una roca que brillaba en la oscuridad como que estuviese salpicada de partículas de oro, en esos momentos todos quedaron asombrados ante tan maravilloso espectáculo de fenómeno natural.
Al salir a los pasadizos cada quien tenía una percepción de la ilusión óptica que acababan de ver.

Luciana continuó recorriendo la galería cuando sorpresivamente escuchó el griterío de los pájaros nocturnos que salían del interior de las profundas grietas de la cueva, cicatrices que se formaron con el movimiento de capas tectónicas, donde ellos duermen cobijados por el silencio, para salir algún lugar desconocido en busca de semillas para su alimentación. Este hecho dejó a Luciana algo desconcertada y en el mismo instante que el Guía miró su desconcierto, se le dibujó una sonrisa en el rostro y sus ojos orbitaron con un eje de expresión y le dijo: esas aves que acaban de atravesar la cueva, justo ahora del crepúsculo del anochecer son huéspedes de la Cueva y viajeros del tiempo como tú y yo, sí, es muy certero tu decir, le respondió ella, el hombre vive en el tiempo pero el tiempo no vive en el hombre, el tiempo es infinito y va evolucionando e infinitas huellas va dejando, como está enigmática y extraordinaria Cueva, creación de la maravillosa naturaleza.

F I N

Cuento fantástico por:
Maite Katiuska Moreno
20-01-2018