Ante el éxito obtenido por Alfar en sus misiones anteriores, los rusos decidieron que el organismo cibernético realizara una tercera investigación en otro de los satélites de Júpiter. Calixto era llamado asimismo “el planeta vapuleado” por la gran cantidad de cráteres que presenta su superficie.
El quince de marzo de 2031, el presidente Vasili Rochenko en compañía de su gabinete y de una gran multitud, despidió a la Soyuz que partió hacia Calixto. Como en su viaje anterior, al llegar al cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, los eludió fácilmente. Alfar dio comienzo a las investigaciones científicas en Calixto, la pequeña hermana de Ganímedes. El satélite careció, al parecer, de la energía interna necesaria para deformar su superficie, y su aspecto recuerda al que tuvo Ganímedes en un estadío anterior al de su evolución. La superficie de Calixto está cubierta de cráteres y oscurecida por la densidad de su atmósfera y no se ha fragmentado en placas como la superficie de Ganímedes. Alfar pudo constatar la existencia de grandes anillos concéntricos que parecen señalar los puntos donde se produjeron los mayores impactos antiguos.
La densidad total de Calixto es sorprendentemente baja, lo cual indica que el satélite, en su mayor parte, es hielo y contiene una pequeña mezcla de material rocoso. Las observaciones espectroscópicas hechas por Alfar señalaron que está cubierto por una capa de povo oscuro y rocoso similar a los meteoritos carbonáceos negruzcos que se suponen procedentes de esta zona del sistema solar y del cinturón exterior de asteroides. Esta capa de suelo puede acumularse a medida que los impactos de pequeños meteoritos vaporizan el hielo y dejan tras de sí maerial carbonáceo, negro. Los cráteres más profundos han quedado nivelados puesto que están formados por hielo que fluye como los glaciares. Es por esto que en Calixto el relieve raramente supera los mil metros de altura. Los puntos de impacto más importantes que en un principio presentaban profundas cuencas y estaban rodeados por abovedados acantilados, se fueron rellenando dejando a la vista fantasmales cicatrices anulares. Los cráteres pequeños conservan sus perfiles originales casi intactos. Su tamaño relativamente chico impide la deformación.
Calixto fue para Alfar el mejor ejemplo de que el tamaño colabora en la forma del volumen planetario. La pequeñez de Calixto (4890 km de diámetro) hace que mantenga su energía interna equilibrada imposibilitando la deformación. Además, se encuentra lo suficientemente aislado de otro astro para que las fuerzas de marca lo calienten y dilaten repetidamente. Esa superficie saturada de cráteres, ya no presenta espacio indemne. No podrían formarse cráteres nuevos sino destruyendo otros más viejos.
La superficie de Calixto se congeló pronto, lejos de las influencias deformadoras que Júpiter hubiera producido sobre su corteza. Este gran planeta, biseccionado por su fino anillo acompaña a Europa, a Ganímedes y a Io en el oscuro cielo de calixtiano.
Terminadas estas investigaciones científicas, Alfar emprendió su regreso a la Tierra. Durante su retorno, la Soyuz envió información al cosmódromo de Vaiconur que era seguido por cierta cantidad de ovnis de diferentes formas geométricas: unos eran esferas luminosas; otros, piramidales con luces en sus vértices y, finalmente, los había también prismáticos de una extraordinaria blancura. Al desconocer las intenciones de esas naves, Alfar usó su percepción extrasensorial para acceder a los planes de estas tripulaciones. Así supo que los seres extraterrestres pretendían saber de dónde provenía la Soyuz. Alfar desconocía sus procedencias. Desde el cosmódromo de Vaiconur le dieron instrucciones para dirigir la nave al asteroide Ceres. Al llegar, la nave rusa se posó suavemente en el astro. Alfar permaneció algún tiempo en ese mundo extraño. Pasados unos días, Alfar descendió a la superficie de Ceres para ivestigarla. De pronto, vio aproximarse seis o siete humanoides de mayor estatura que los ganimadianos, de ojos cuadrados y bocas rectangulares. Su piel era de un suave marrón y parecía áspera. Estos seres parecían comunicarse entre sí y en un momento comenzaron a correr con movimientos violentos hacia la nave. Alfar miró fijamente a cada uno de ellos y por medio de la hipnosis logró dejarlos inconscientes. Se dirigió rápidamente a la nave y configuró el navegador con rumbo a la Tierra.
Ya de regreso, la Soyuz fue recibida por el presidente Rochenko y otros miembros del gabinete. Las autoridades se mostraron muy satisfechas por las investigaciones de Alfar y se sintieron estimuladas para continuar la exploración del sistema solar.
|