Venas palpitantes
Que dibujan como fallas en las sienes andinas,
las manos duras de un labrador silente,
con ojos de un mundo en la garganta
Que desembocan en rio propio,
Intenso, inhóspito.

Son ansiosas las nubes que dibujan el destino
Y coquetas las musas se desenvuelven sin perdón.
Pero dentro la intuición como escarlata
Hace rugir la mente con sonidos, sin visiones ni color.

Encoje los sentidos y acentúa el carácter,
Carcomen la humanidad,
Palpitan en las tripas y sin uñas con que rascar,
Surge un dilema bendito: ¿callar o no callar?

Allá voy con mis demonios.