Haber ponele, ponele que es cierto que manejás mejor estando un poco alpisteado. Muchos no te lo va a creer, sobre todo la gilada que no te conoce, que no sabe cómo sos de metódico cuando te pones serio.
Vos decís que agarrás mejor las curvas, con un poco más de velocidad pero con mejor giro, con giro perfecto, es decir con el recorrido ideal con el que se debe doblar. Como lo hacen los pilotos capos, y debe ser cierto.
Lo único que yo me mareo un poco cuando volvemos a La Boca después de los asados. Y me cago de risa de lo serios que pasamos por la caminera, de afuera parece que hablamos de física cuántica y nosotros sabemos que es para no embocar ningún cono de plástico naranja de esos que ponen los milicos en el medio de la ruta.
En esta época, cuando ya avanza el verano, y aumenta el tránsito la cosa se pone más complicada con los controles de alcoholemia, seguro dos por tres se nos va la mano y nos pueden empernar. Por suerte por ahora salimos ilesos, con el arco invicto.
Ayer asadón de fin de año con toda la parafernalia de ingesta cárnica y líquida, para bajar el chivito. Pero me agarró un momento de reflexión, de análisis, calculé lo que había chupado y sacando conclusiones decidí algo que jamás había hecho ni se me había pasado por el bocho. Dejé el auto y me volví en colectivo.
Todo tranquilo, llegar a mi casa sin eventos lamentables en la circulación vial, sano y salvo no es poco, dije.
Sobre todo y este no es un detalle menor, en mi puta vida había piloteado un ómnibus, agregándole a esto que no sé de donde carajo lo saqué. Porque realmente no me acuerdo, no tengo la más vaga idea.
Y qué hace todavía la unidad número 19 de la Empresa Ceferino estacionada delante de mi casa.
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