Los padres decidieron que era hora de decir la verdad a sus hijos.
Entonces los niños se enteraron de que ellos son los encargados de comprar los regalos navideños.
Poco a poco, Papá Noel dejó de ser el centro de atracción.
Ahora nadie le escribe cartas; tampoco se sacan fotos con él. Muchos niños ni siquiera creen en su existencia. Otros dicen que lo despidieron de su trabajo.
Me parece que yo lo he visto. Su barba sigue gris como siempre. Pero está muy triste, duerme en la estación y a veces le pide monedas a la gente que pasa.
Texto agregado el 28-12-2017, y leído por 138
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Lectores Opinan
31-01-2018
A mi casa ha vuelto a venir, solamente que deja sus regalos antes de que mis nietos lo descubran. Lo importante es que siguen manteniendo la ilusión. bello tu relato y es una pena que Papá Noel ya no tenga donde vivir. Clorinda
29-12-2017
Bello relato, precioso y rotundo final. Felicitaciones! Un abrazo, sheisan
29-12-2017
Somos los grandes los que no creemos ni hacemos nada por esos Papa Noeles de las estaciones. Hermoso relato, Carlos. carlitoscap