ESTACIÓN
Entre el olor a humedad
De la estepa interminable
He caminado solo, despistado,
He mirado a los lados
Muchas veces, tantas
Que mis pupilas se han
Desteñido.
Por el cansancio sonoro
He parado y me he tendido
Sin idea de dormir.
Al despertar, entre la bruma
A la que estaba sujeto,
Y con desconcierto,
Como el de un muchacho
Que mira por vez primera
Una mujer,
He visto ante mí, el lugar
Donde no se me conocía,
La estación sin trenes,
Sin cantina,
De madera raída por los años,
De aspecto sórdido,
Y en la puerta un hombre
Vestido.
He intentado acercarme,
He mirado la senda negra
De la entrada,
Y al llegar a la galería
Con la baranda gritando,
He dado la vuelta,
Sin poder salir a la senda
De nuevo.
El hombre de la entrada
La había cerrado.
José De Benito (diciembre 2017) |