TIERNOS CORAZONES


El señor de los soberbios
vende pan con gusto a hiel,
el Niño Dios ya no nace,
tirado por cuatro renos
le ha robado su papel
con su ampuloso trineo
el gordito Papá Noel.

El señor de las infamias,
falaz siempre en su poder,
al pesebre de mi pueblo
lo cambió por ese tonto
y ridículo fantoche
que no explican cuándo y donde
pero nació alguna noche.

Gran milagro el de este abuelo
que por una chimenea
con su panza regordeta
se introduce a tu interior
y cambia por baratijas
el regalo del Señor.

El vendedor de ilusiones
Con su inefable saber
ha hecho carne a su payaso
en los tiernos corazones.
Dicen los más eruditos
que a San Nicolás de Bari
le robó los documentos,
el gordo tiene más ángel
y se ríe todo el tiempo.

No desesperes Nicola
nunca morirás de sed,
la gaseosa te ha adquirido
y vistiendo sus colores
hoy te beben a granel,
falta poco y ya te ponen
los profetas el cartel.

A veces con sus preguntas
los niños entrometidos
traen cierta incomodidad
¿pero que duda nos cabe?
si ya todos comprendimos
que el abuelo Claus es SANTA
y María ni parió.

Yo te sigo recordando
mi bello Niño Jesús
y siento que tu mensaje
nos lleva a un mundo mejor,
perdona a los inconstantes,
los carentes de memoria
algún día verán la luz
y bebiendo de tu espíritu
te bajarán de la cruz.



Felices Fiestas a todos, colmadas de paz, amor y esperanzas.
Todo mi cariño, Carlos.