Perdió la costumbre de andar y quedó paralítico.
Perdió la costumbre de hablar y quedó mudo.
Perdió la costumbre de dar y quedó manco.
Perdió la costubre de amar y quedó solo.
Pero solo cuando perdió la costumbre de soñar pereció.
Texto agregado el 22-12-2017, y leído por 80
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