Me gusta ver pasar una quimera, lo efímero que roza nuestra vida, la mano de un amigo que extendida entrega en ese gesto su alma entera. Admiro la simpleza en la mirada del hombre que no cree en diferencias, el paso firme por las experiencias creyendo que hay un todo o tal vez nada. Disfruto la inquietud de lo imposible, el vértigo de andar por este mundo de paso y sin certezas a la vista. Comprendo que lo bello es invisible y un instante de luz tiene el profundo sentido que con sueños se conquista.
Texto agregado el 16-12-2017, y leído por 114 visitantes. (10 votos)